Plinio el viejo, un antiguo historiador romano, contribuyó en su historia natural a difundir el relato equivocado, que cuando un avestruz se asusta o enfrenta un problema esconde su cabeza bajo la arena.
Parece que algunas estrategias adoptadas por nuestra Convención frente al cierre de Casa de Galicia , se sustentan en la lectura de Plinio el Viejo y en su mito del avestruz.
Es cierto que administrar la resolución de un evento tan dramático como el colapso de una importante mutualista, con miles de socios y trabajadores, no es tarea fácil, menos aún en un contexto de mercantilización infame de la salud, con salas VIP, con empresarios médicos, con monopolios y cofradías.
Desde nuestro sindicato, lejos estamos en querer meternos en la interna de la Federación de la Salud, ahora como miembros de la dirección del PIT-CNT no podemos meter la cabeza bajo la tierra, menos aún cuando un sindicato de base se encuentra arrinconado y viene a pedirle al órgano de dirección electo por el congreso que es la MESA REPRESENTATIVA, que lo escuche.
Es claro que cada filial tiene su autonomía, por suerte es así y somos una Convención, ahora también es claro que hay un problema con lo de Casa de Galicia, una salvaje carnicería con fuego cruzado, donde los patrones miran deleite como nos enfrentamos como trabajadores/as.
La MESA REPRESENTATIVA no puede ni debe meterse en la interna de la FUS, pero si puede y debe propiciar que las aguas se calmen, que cesen los ataques y la aplanadora, que se escuche y comprenda a los trabajadores/as afectados por el colapso de la mutualista, que se los defienda.
El secretariado no puede ni debe echar leña al fuego, al contrario tiene que zurcir, restañar las heridas, velar por la unidad.
Nos preguntamos, era necesario poner seguridad en la puerta de la casas de los/as trabajadores/as, acaso venía el enemigo, quien resolvió que un grupo de trabajadores/as sindicalizados y en pleno conflicto deben ser tratados de esa manera.
Nos vamos sumergiendo en un PIT-CNT donde las contradicciones tensan la unidad, la presencia de la policía haciendo fuerza por el NO en nuestro ceno es una de ellas, una trenza de la unidad que se viene estirando y empieza a crujir.
Si seguimos metiendo la cabeza bajo la arena, va a venir el patrón y nos va a carnear, sin piedad, ayudado sin duda por los infiltrados ajenos al movimiento obrero.
Cabe cuestionarse, de si seremos capaces de estar a la altura de los/as fundadores/as de la CNT y mantener una unidad sin exclusiones, con democracia obrera, con sentidos y no impostados deseos de unidad.