Hace ya algún tiempo el presidente del Pit Cnt protagonizó un incidente de tránsito, conduciendo bajo los efectos del alcohol, en su momento solicitó licencia al ámbito del secretariado y la misma fue aceptada por la mesa representativa.
Es evidente que lo sucedido afectó al movimiento sindical en su conjunto y nosotros en su momento evaluamos que la figura de presidente en si conlleva el riesgo de la sobrerrepresentación y este hecho era una arista más de una concepción centralista que pone en una sola persona la representación de cientos de miles de trabajadores.
Solamente la estructura de convención permitió absorber el golpe, una estructura que viene siendo socavada, en tensión permanente.
No esta en nosotros lapidar a nadie del movimiento obrero, se sabe que cualquiera puede cometer errores, tampoco barrer para debajo de alfombra, el tema parecía parte del pasado cuando hoy salta a la luz los manejos por parte de Astesiano de las grabaciones del accidente y el uso del aparato policial, moviendo fichas y presionando para agravar la de ya de por si lamentable situación del presidente del pit. (ver nota Montevideo Portal ) https://www.montevideo.com.uy/Noticias/-Hay-que-matarlo-bo–Astesiano-uso-camaras-de-Interior-para-espiar-a-Marcelo-Abdala-uc844656
Es claro que se visualiza y trata al movimiento sindical como un enemigo, es claro que el aparato policial es voluble y corrompible, usado al servicio de los interese de los poderosos.
Las sospechas del uso arbitrario de cámaras y gendarmes, se vuelve realidad con esta anécdota y abre el debate acerca de la vigilancia permanente y de cual es si mismo su objetivo.
Los trabajadores y trabajadoras lo padecemos en los centros de trabajo con patronales que ejercen su poder grabando desde todos los ángulos la jornada laboral y utilizando este sistema para perseguir y presionar a los trabajadores.
Obviamente no se trata de ir contra la tecnología y su uso a favor de mejores condiciones de trabajo, se trata del uso abusivo de la misma en contra de las libertades y derechos.
Paradojalmente, el conocimiento del uso abusivo de las cámaras (algo que todos suponen o asumen) refuerza el mecanismo de control que las mismas constituyen.
Resulta interesante también analizar el rol del aparato policial, aparato que supervisa y controla dichas cámaras y que gracias al esfuerzo de las corrientes sindicales mayoritarias, se encuentra hoy sentado dentro de la convención.
En si mismo nadie niega el derecho a la asociación de los vigilantes, pero resulta a ojos vista la inconsistencia de su integración en el seno de la clase trabajadora, una clase que por mandato deberán vigilar y llegado el caso reprimir. Solamente tendrán cabida en una central con otros estatutos, que apunte a otros objetivos, que no sueñe con un mundo mejor, más justo, más libre.
Es bueno reflexionar al respecto de esos mecanismos de control y su verdadero objetivo, a continuación compartimos con ustedes fragmentos de la obra Vigilar y castigar de M.Foucalt, donde la figura del panóptico puede ser fácilmente trasladada a los centros de monitoreo y vigilancia, tanto del gobierno o de los empresas.
“El Panóptico de Bentham es la figura arquitectónica de esta composición. Conocido es su principio: en la periferia, una construcción en forma de anillo; en el centro, una torre, ésta, con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo. La construcción periférica está dividida en celdas, cada una de las cuales atraviesa toda la anchura de la construcción. Tienen dos ventanas, una que da al interior, correspondiente a las ventanas de la torre, y la otra, que da al exterior, permite que la luz atraviese la celda de una parte a otra. Basta entonces situar un vigilante en la torre central y encerrar en cada celda a un loco, un enfermo, un condenado, un obrero o un escolar….. Es visto, pero él no ve; objeto de una información, jamás sujeto en una comunicación….Y ésta es garantía del orden. Si los detenidos son unos condenados, no hay peligro de que exista complot, tentativa de evasión colectiva, proyectos de nuevos delitos para el futuro, malas influencias recíprocas; si son enfermos, no hay peligro de contagio; si locos, no hay riesgo de violencias recíprocas; si niños, ausencia de copia subrepticia, ausencia de ruido, ausencia de charla, ausencia de disipación.Si son obreros, ausencia de riñas, de robos, de contubernios, de esas distracciones que retrasan el trabajo, lo hacen menos perfecto o provocan los accidentes. La multitud, masa compacta, lugar de intercambios múltiples, individualidades que se funden, efecto colectivo, se anula en beneficio de una colección de individualidades separadas. Desde el punto de vista del guardián está remplazada por una multiplicidad enumerable y controlada; desde el punto de vista de los detenidos, por una soledad secuestrada y observada.
Hacer que la vigilancia sea permanente en sus efectos, incluso si es discontinua en su acción. Que la perfección del poder tienda a volver inútil la actualidad de su ejercicio; que este aparato arquitectónico sea una máquina de crear y de sostener una relación de poder independiente de aquel que lo ejerce; en suma, que los detenidos se hallen insertos en una situación de poder de la que ellos mismos son los portadores. Para esto, es a la vez demasiado y demasiado poco que el preso esté sin cesar observado por un vigilante: demasiado poco, porque lo esencial es que se sepa vigilado; demasiado, porque no tiene necesidad de serlo efectivamente. Para ello Bentham ha sentado el principio de que el poder debía ser visible e inverificable. Visible: el detenido tendrá sin cesar ante los ojos la elevada silueta de la torre central de donde es espiado. Inverificable: el detenido no debe saber jamás si en aquel momento se le mira; pero debe estar seguro de que siempre puede ser mirado. El Panóptico es una máquina de disociar la pareja ver-ser visto: en el anillo periférico, se es totalmente visto, sin ver jamás; en la torre central, se ve todo, sin ser jamás visto.
Dispositivo importante, ya que automatiza y desindividualiza el poder.
Poco importa, por consiguiente, quién ejerce el poder. Un individuo cualquiera,
tomado casi al azar, puede hacer funcionar la máquina: a falta del director, su familia, los que lo rodean, sus amigos, sus visitantes, sus servidores incluso.
Así como es indiferente el motivo que lo anima: la curiosidad de un indiscreto, la malicia de un niño, el apetito de saber de un filósofo que quiere recorrer este museo de la naturaleza humana, o la maldad de los que experimentan un placer en espiar y en castigar. Cuanto más numerosos son esos observadores anónimos y pasajeros, más aumentan para el detenido el peligro de ser sorprendido y la conciencia inquieta de ser observado. El Panóptico es una máquina maravillosa que, a partir de los deseos más diferentes, fabrica efectos homogéneos de poder.
Una sujeción real nace mecánicamente de una relación ficticia. De suerte que no es necesario recurrir a medios de fuerza para obligar al condenado a labuena conducta, el loco a la tranquilidad, el obrero al trabajo, el escolar a la aplicación, el enfermo a la observación de las prescripciones…….”
Algunos buscan en estos incidentes un chivo expiatorio, un infiel, la cabeza que rueda y el engranaje de la picadora de carne sigue machacando, no hay infidelidad el velo fue movido por una ráfaga de viento, es así como opera y funciona el poder central.
A veces la historia nos regala estos momentos maravillosos, hemos tenido la magnifica oportunidad de apreciar en un par de movimientos del tablero, los defectos del centralismo a nivel sindical y el poder descarnado del aparato político-policial centralizado.