El 25 de setiembre de 1985 se levantaba la huelga ferroviaria más importate de las últimas decadas, con un sabor amargo y dando inicio a la continua destrucción de AFE.
Con un consejo provisorio y en el marco de una campaña electoral interna la Unión Ferroviaria en el año 1985 entra en un conflicto que desembocaria en una de las huelgas ferroviarias más importantes de la historia reciente, un conflicto en el cual se llevo adelante el control obrero de servicios de pasajeros, varios compañeros realizaron huelga de hambre, se organizaron más de 80 ollas populares, marchas desde Paso de los Toros a la capital, en fin todo el arsenal de medidas de lucha en un contexto fermental como fue la reapertura democrática.
El resultado de la huelga no fue el esperado y luego vendría el gran drama de las excedencias multitudinarias, el cierre del servicio de pasajeros y de líneas de carga siendo el puntapie inicial del auge neoliberal que tanto daño ocasionó en la región.
Se estaba pagando el gran daño ocasionado al movimiento sindical por la dictadura y no se pudo sostener con el apoyo debido esta huelga ferroviaria, que de haberse ganado hubiera quitado el invicto a Sanguinetti de entrada, y hubiera impedido que este se jactara luego de no haber perdido ninguna huelga siendo gobierno.