La enfermedad se llevó al querido Zorro, compañero ferroviario, que supo siempre estar del lado de los trabajadores.
Como tantos otros recorrió dstintos puntos del país trabajando, los más nuevos lo conocimos en la descarga del clinker en el KM /, últimamente se desempeñaba como jefe de la estación Peñarol.
Una anécdota que lo marca como un ferroviariio de pies a cabeza, con los códigos de fraternidad y entereza, ocurrió hace algunos años en la estación Peñarol, ahí un carnero y provocador denunció con mentiras a un par de compañeros que tuvieron un cruce de palabras con el, en particular ese ovino pretendía que le salierna de testigo de sus cobardes fantasías, y el zorro fue citado al juzgado a declarar y no se dejó amederentar y estuvo del lado de la verdad.
Lo extranarán los perros de la vuelta de la estación, siempre les daba comida, nunca complicando, siempre buscando solucionar, un ferroviario cabal.
Otro que se nos va sin recibir su reloj, la Unión Ferroviaria le hizo un reconocimento junto a muchos otrso comapñeros hace un par de años en eun acto en nuestro local.
Le anunciamos a las autoridades actuales de la situciación, titubearon y no se llegó a tiempo con el reloj, una pena, una injusticia.
Hasta siempre Zorro, te fuiste como un arco de vía libre, hasta la próxima estación, esperando con un tren descendente volver, la dura vida del ferroviario te habrá dado alegrías y trsitezas, no serás olvidado.
Hasta siempre……
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