Miguel Viera, conocido como el Conejo, fue y será un ferroviario de hierro, trabajó de señalero, despues lo dejaron excedente, como a muchos por rebelde, como a tantos esa injusticia le pasó factura.
Jubilado no dejaba de arrimarse para dar un consejo y defender a nuestro sindicato a capa y espada, en las gandas y las perdidas.
Una dura enfemedad lo atacó y dió con coraje la pelea, con el mismo coraje que se paró de punta a los que mandan.
Se fue , pero nos deja su recuerdo, su vamo arriba, su a no aflojar.
Con algunos dejó pendiente un asado, con otros una copa, ferroviario hasta la muerte y más.
Nos sigue golpenado la parca y la mufa, pero seguimos y seguiremos el camino trazado por nuestros mayores, no olvidando, dignos y curtidos.
A su familia, amigos y compañeros , un abrazo.