Hoy a meses de inaugurarse el ferrocarril central, nadie pone arriba de la mesa la instalación de un servicio de pasajeros sobre el ramal, tampoco se prepara nada relacionado en los otros ramales operativos, entre ferrocarril central, línea rio branco y línea rocha se atraviesa el eje noreste de zona metropolitana.

Solo suena el mentado tranvía de la costa, un negocio no para el transporte sino para la construcción, un negocio con nombre y apellido.

Dejando de lado el lobby de las cámaras constructoras ya de carácter trasnacional y que han puesto de rodillas a los diferentes gobiernos, es bueno insistir con el transporte de pasajeros por ferrocarril.

Hoy pese a la falta de inversión en AFE, a la falta de personal, a la antigüedad del material rodante, el ente ofrece una tarifa de 55 pesos por tramo de hasta 35 km contra los 95 pesos por tramo de hasta 30 km del bus suburbano, casi un 60% más barato, hoy corren trenes entre Tacuarembó y Rivera a esa tarifa.

El servicio realizado a pulmón por AFE, logra cubrir los costos directos, entendiendo por los mismos los efectuados para la corrida de un servicio, en relación al gasto por km y hora.

En si el servicio en forma directa no es deficitario, cuando se analizan los costos de cada corrida, sin cargarle el peso de una estructura de AFE que se ha vuelto anacrónica y debe ser reorganizada.

Hoy gradualmente el costo del transporte va segregando a los sectores más humildes, sumado al costo de los alquileres, crea guetos de marginación y hambre, lejos de las oportunidades laborales o trabajando para engordar a los dueños de las empresas de transporte tanto local como interdepartamental.

Parece que hay algunos de esos empresarios que se relamen por meterse en el negocio ferroviario, ya ven venir los préstamos blandos, los subsidios para producir un boleto cada vez más caro.

El tren de pasajeros hoy no recibe un subsidio al combustible, tampoco realiza encomiendas y cubre los costos directos de sus corridas.

Hay que darle una oportunidad al tren de pasajeros popular, pero una oportunidad para el trabajafor, el jubilado, el estudiante, no para negociados de cámaras que ya están empachadas de tanto engordar.

Con coches modernos, nadie podría negar el acceso al ferrocarril central, con un boleto 60% más barato y con la posibilidad de subir una bicicleta al coche o salón, un viaje de casi una hora se podría hacer en la mitad del tiempo.

La pregunta es porque no se hace?

El pueblo tiene derecho a un boleto popular, tiene derecho a usar el ferrocarril central y beneficiarse de una obra que pagaremos todos.

El transporte popular es posible, el tren rebajaría el boleto un 60% y el tiempo de viaje un 50%, OPP debería hacer seriamente estos números y no dedicarse a la caza de brujas, generar un plan de negocios que incluya las encomiendas en asociación con el correo uruguayo, que contemple el turismo ferroviario y que subsidie el boleto sin engordar a los empresarios y generar monopolios privados a costa del erario publico.

Adjuntamos links de notas anteriores con propuestas  de la Unión Ferroviaria.