Durante años circuló en la interna de AFE un volante que enumeraba presuntas irregularidades que involucraban a distintos jerarcas, y que estaba firmado por anónimos como “Dignidad ferroviaria”. Allí, los acusadores describían situaciones diversas, pero una de ellas fue durante mucho tiempo comentada por funcionarios del ente. Decían los anónimos que el expresidente de AFE, Alejandro Orellano (2010-2012), entre otras presuntas maniobras cobraba dos veces los viáticos de sus viajes al interior y al exterior del país.
Lo hacía primero en AFE y luego en la Corporación Ferroviaria del Uruguay (CFU), la empresa estatal de derecho privado que funciona en la órbita de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), donde Orellano actuaba como director mientras estuvo en AFE (2010-2012).
La historia había quedado como un comentario de corrillo, pero lo que era rumor se confirma según los documentos a los que accedió El Observador, luego de un año de idas y vueltas con la CND para que los haga públicos al amparo de la ley de acceso a la información pública.
Más allá de los detalles de esa historia que serán expuestos en esta nota, lo concreto es que este dirigente del Nuevo Espacio (Frente Amplio) cobró en al menos uno de sus viajes dos veces los viáticos: primero en AFE y luego en CFU, mientras ejercía la presidencia de ambas empresas. Es decir que primero se hacía del dinero para su misión oficial en la ventanilla del ente público, y luego hacía lo mismo en la empresa estatal que funciona con reglas privadas. Y es más, según informó por escrito la CND a El Observador, los viajes de Orellano no fueron autorizados por la sociedad anónima. A pesar de ello la CFU, gerenciada por Fernando Scolieri, igualmente le reintegró los importes reclamados.
Orellano fue destituido en marzo de 2012 por el presidente Mujica, desconforme con la gestión. En su lugar nombró a Jorge Setelich, hermano de Raúl Sendic. A los pocos meses de estar en el cargo, Setelich decidió en setiembre de 2012 renunciar a que AFE tenga un representante en CFU, argumentando “razones de conveniencia y estrategia”. En un tramo del acta de desvinculación se dice que se debía salir de la CFU porque AFE no podía ser juez y parte.
Fin de semana en Baires
El Observador accedió a la lista y copia de comprobantes de todos los viajes que realizó Orellano mientras presidió AFE.
Uno de los viajes más costosos, realizado en julio de 2010, parece demostrar su accionar. Orellano viajó a Buenos Aires (Argentina) para participar de un seminario sobre cuestiones ferroviarias en la región, organizado por Asociación Latinoamericana de Ferrocarriles (ALAF). El evento fue el 15 y 16 de julio de ese año, pero el entonces presidente de AFE estuvo más días: llegó el 14 y se fue el 18, y cobró a CFU $ 31.484, según consta en la rendición de cuentas y los comprobantes de gasto en poder de El Observador. En un solo día, el 15 de julio, gastó $ 6.753 en alimentación.
Al mismo tiempo, en el acta de AFE del 23 de junio de 2010 se aprobó por unanimidad la participación del jerarca en ese evento en la capital porteña, con lo cual Orellano tuvo el camino libre para cobrar viáticos en el ente ferroviario. Así lo hizo, pero también cobró el dinero de sus traslados, estadías y alimentaciones a la CFU. La liquidación en esa empresa estatal de derecho privado donde era director, fue realizada varios días después, el 2 de agosto. A AFE le pidió $ 3.000 de adelanto para comprar el pasaje de Buquebus, y el ticket de ese pasaje fue el único comprobante presentado. Al regreso de la misión no entregó la liquidación al ente ferroviario, lo cual no era obligatorio ya que recibió el dinero que indica la tabla del Ministerio de Relaciones Exteriores para cada destino.
Las denuncias de “Dignidad Ferroviaria” habían llegado a jerarcas del gobierno anterior y del actual, pero según pudo saber El Observador ni uno ni otro inició investigación alguna. En esos documentos de anónimos también figuraban las maniobras del exdirector blanco de AFE, Mauricio Cusano, quien almorzaba a cuenta del ente ferroviario en la parrillada de su esposa, como comprobó una investigación de El Observador en agosto de 2014.
En la respuesta que entregó la CND a El Observador con los comprobantes de gastos de Orellano, se indica que sus viajes no tenían autorización oficial. “Se informa que no surge de los libros de actas de la sociedad, autorización para realizar los viajes informados”, dice el punto “c” de la notificación entregada por mediación de la Unidad de Acceso a la Información Pública de Presidencia de la República, cuyo expediente fue iniciado en 2015 y finalizó un año después, en julio de 2016.
Orellano fue también a Cartagena (Colombia) y cobró US$ 604 a la CFU por seis días de misión, pero según respondió por escrito la CND a El Observador, no rindió cuentas por ese gasto. Tampoco hay evidencia de que haya cobrado por ese viaje en AFE.