Hoy se cumplen 79 años de la fundación de la Unión Ferroviaria, a modo de homenaje transcribimos fragamento de nuestra historia en particular la Fundación:
«En 1938 asume la presidencia Baldomir y se daría un nuevo golpe de estado en 1942 con el objetivo de restablecer el orden constitucional previo al golpe de Terra, este gobierno se alinea con los aliados y en particular con Estados Unidos.
El Presidente Alfredo Baldomir permitió la reorganización sindical, el inicio de negociaciones colectivas tripartitas e incluso, simbólicamente, la presencia estatal en la inauguración del congreso fundacional de la Unión General de Trabajadores.Poco después, en noviembre de 1943, se aprobó la ley de Consejos de Salarios, abarcando entonces la industria y el comercio.(Porrini)
Las empresas británicas interesadas en mantener el flujo de materias primas hacia la metrópoli en guerra se encontraban en un terreno fangoso, a nivel sindical las fuerzas de signo comunista no se mostraban particularmente afectas a la causa aliada ya que en 1939 se había firmado el pacto Ribbentrop-Molotov de reparto de Polonia y no agresión entre la Unión Soviética y la Alemania nazi.
Tanto desde el punto de vista político como sindical, aquel acuerdo contra natura generó frustración y desconcierto en algunos y viva hostilidad en otros, todo lo que conspiró contra los esfuerzos por revitalizar las organizaciones obreras. (Maiztegui)
Esto provocó que surgieran sindicatos que se definían como autónomos, es importante valorar a estos en el contexto en que se originaron, el 22 de junio de 1941 Alemania invade la URSS y cambia radicalmente la actitud de las corrientes comunistas pasando de la neutralidad a un efervescente entusiasmo en favor de los aliados, apoyando inclusive la instalación de base norteamericanas en nuestro país. El problema radicaba en que las empresas extranjeras exigían un esfuerzo adicional a los trabajadores uruguayos para satisfacer la demanda de los ejércitos y estos no encontraban dentro del sector comunista apoyo a sus reclamos.
Entre los sindicatos autónomos más relevante se destaca la Federación Autónoma de la Carne (1942), el intento de los frigoríficos extranjeros de imponer el extenuante sistema “standard” sumado a la situación de inestabilidad laboral que significaba el trabajo zafral para muchos de sus trabajadores provocó una afiliación masiva a la misma.
También vinculada al sindicalismo “autónomo” nació el 1º diciembre de 1941 la Unión Ferroviaria (UF), luego de 34 años de destruida su antecesora en 1908 por una acción patronal y estatal efectiva. (Porrini)
La férrea disciplina impuesta por los ingleses y las sucesivas purgas de trabajadores durante 34 años, generaron un ambiente donde los cargos de mayor influencia se encontraban en manos del personal afecto a la empresa, creando una estructura de clases y privilegios muy definidos para los que se sacrificaran más a favor del capital británico.
La coyuntura internacional cambió la estrategia de la empresa británica (FCU) y esta de cierta manera propició o por lo menos no impidió la formación de la UNIÓN FERROVIARIA, en estos primeros años el papel del sindicato fue de cooperación con la causa aliada y de reorganización interna.
Pero todo cambiaría con el fin de la guerra y en noviembre de 1946, pidiendo un aumento salarial, la negativa cerrada de la empresa “obligó” a adoptar una medida inédita para el gremio e inesperada para la represiva empresa, el “paro por 24 horas”, que fue todo un éxito.(Porrini)
La Unión Ferroviaria en un sentido estricto representaba a los trabajadores del FCU, pero existían otras empresas inglesas que si bien estaban subordinadas a FCU tenían sus propios gerentes y además estaban los ferrocarriles y tranvías del estado, en aquella época las comunicaciones eran más lentas y esto generaba una mayor diferencia entre las distintas localidades y sus trabajadores, es así que el 23 de abril de 1944 se funda la Federación Ferroviaria y Ramas Anexas del Uruguay. En dicha Federación llegaron a confluir más de diez gremios de ferroviarios, en algunos casos respondiendo a diferentes compañías y en otros a los diferentes compañías y en otros a los diferentes oficios.
La semilla de la desunión hábilmente sembrada por los gestores británicos, mediante la práctica de privilegios y categorías, sobreviviría a la partida de los ingleses, frases como ” los peones y los perros para afuera” se escucharían de boca de los administrativos durante mucho tiempo.»